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Amor utópico

Quiero que me mandes un mensaje en la mañana de "Buenos días", que cuando te conectes lo primero que hagas sea abrir nuestro chat, que cuando queramos salir nos pongamos de acuerdo y me digas que te mueres por verme y hagamos todo lo posible para poder vernos lo antes posible, quisiera que me abraces y te pueda besar todo lo que quiera. A veces quisiera que me escribas poemas o cartas solo por el hecho de que yo lo leeré y que sin importar si tiene lenguaje retórico o no, venga de lo más profundo de tu corazón. Quiero que me cuentes como te fue en el día y me digas lo mucho que odias al profesor que por poco te reprueba el curso, que juegues con mi cabello y me mires a los ojos, que salgas con tus amigos y me cuentes la historia de como se volvieron inseparables.

Quiero poder tenerte en mis brazos y jugar contigo como los niños que eramos, hacer locuras en la calle que solo me atrevería a hacerlas a tu lado porque me das una valentía que no tienes idea, intentar escribir cosas bonitas para ti, besarte antes de despedirnos y que tu olor se quede en mi ropa, tener que apresurarnos para llegar a la hora que dije y así poder vernos otro día, dedicarle un tiempo a mi imagen para poder verme linda para ti, quiero confiar en ti con todo mi corazón y que no me vuelvas a defraudar.

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HISTORIA: Desde sus inicios, se ha tratado de organizar los elementos químicos, con el fin de facilitar su estudio y para ello buscaron características similares entre ellas.  El primero que intentó agrupar los elementos fue   DÖBEREINER (1817) con las famosas TRIADAS. Él, agrupó a los elementos en  grupos de 3 teniendo propiedades químicas similares. Döbereiner hizo que la suma de los elementos de los extremos sea aproximadamente la del centro. Posteriormente en 1862,   CHANCURTOIS diseñó el TORNILLO TELÚRICO , en él, ordenó los elementos según su peso atómico el cuál aumentaba sobre una curva de forma espiral en donde al trazar una vertical en los elementos, encontrábamos propiedades semejantes entre ellos. http://html.rincondelvago.com/000286860.png LEY DE LAS OCTAVAS DE NEWLANDS (1864)  Ordenó los elementos en grupos de 7 en el que el 8vo tenia una propiedad química parecida al primero del anterior grupo. http://www.ecured.cu/images/thumb/6/6b/L

El Lobo y la Coneja

Había una vez una coneja, una coneja muy extraña, una coneja muy sensible y a la vez muy arrebatada. Había una vez un lobo, uno muy incoherente, esos que son solitarios y a la vez hambrientos de compañía. Había una vez una coneja con orejas azules. Una coneja muy directa y muy sociable, esas que no callan nada y a veces hablan sin pensar.  Había una vez un lobo con ojitos café, dispuesto a arrasar con todas aquellas que le ofrezcan un trozo de amor o amistad, tan capaz de decir las cosas frente a ti sin embargo, siempre estaba dispuesto a ayudar a quien lo necesite. Había una vez una coneja, que contra todo pronóstico, se enamoró del lobo y así, andaban juntos en el bosque aunque los animalitos los miraran con extrañes. Había una vez una coneja y un lobo que discutían por sus diferencias, como si pudieran hacer algo al respecto. ¿Porqué no tienes pelaje blanco? Tienes que tener pelaje blanco! Decía la coneja. ¿Porqué no comes carne? Tienes que comer carne! Exclamaba el lobo. Que

Última carta de Werther para Carlota.

"Esta es la última vez que abro los ojos; la última, ¡ay de mí! Ya no volverán a ver la luz del sol; estarán cubiertos por una niebla densa y sombría. ¡Si, viste de luto, naturaleza! Tu hijo, tu amigo, tu amante se acerca a su fin. ¡Ah, Carlota! es  una cosa que no se parece a nada y que sólo puede compararse con las percepciones confusas de un sueño, al decirse:"¡Esta mañana es la última!" Carlota, apenas puedo yo darme cuenta del sentido de esta palabra: "¡La última!" Yo veo, que ahora tengo la plenitud de mis fuerzas, mañana rígido y sin vida estaré sobre la tierra. ¡Morir! ¿Qué significa eso? Ya lo ves; los hombres soñamos siempre hablando de la muerte. He visto morir a mucha gente; pero somos tan pobres de inteligencia, que no sabemos nada del principio ni del fin de la vida. En este momento todavía soy mío...todavía soy tuyo, si, tuyo, querida Carlota; y dentro de poco..., ¡separados..., desunidos quizá para siempre! ¡No, Carlota, no! ¿Cómo puedo dejar d