Ha pasado casi exactamente un año desde que me dejaste, desde que viniste a mi casa y, creyendo que con ello volverías a mí, hicimos todo lo que quisimos en esa sala donde vivimos tantas experiencias, las primeras para mí, tengo que decir. Era la segunda vez que disfrutaba cada roce de tu piel con la mía y lo guardaba en mi memoria. Recuerdo que lo hicimos como nunca lo habíamos hecho, con tanta pasión y sin miedo a nada. Después de casi todo, te dije "Te amo", tú me miraste y me dijiste "Yo también te amo". Te hechaste en mi pecho y nos besamos, hubo un hermoso silencio y deseaba tanto que nos quedemos así el resto de nuestras vidas, que vuelvas a confiar en mí y olvidemos todas las estupideces que te hice, no por falta de amor hacia ti, sino por mi falta de seriedad pues debo admitir que a lo largo de mi vida, fuiste lo primero y lo único que he tomado en serio, pero ciertas manías ya no se quitaban, crecí aprendiendo de ello y era normal para mí aunque intenté cambiar por ti.
Me acompañaste a ver a mi madre y luego caminamos por esa acera que nos traía sublimes recuerdos.
Te recostaste en mi hombro mientras comentabas lo cansado que estabas de haber estudiado y trabajado el día anterior y ahora aún más, después de lo que habíamos hecho. Nos reímos y nos sentíamos cómodos así.
Tomamos un jugo y mientras estábamos en aquella mesa plateada, te enseñé el anillo de compromiso que me habías dado pues aunque ya no estabamos juntos, yo lo seguía teniendo presente. Grande fue mi sorpresa que a los segundos, tú sacaste el tuyo. Supuse que aún había un compromiso imaginario entre nosotros. Te pedí volver y me dijiste no, que tenia que aprender a valorar más a los que de verdad me quieren, ¿acaso volverías si lo hacia?.
Al finalizar el camino, llegábamos a la estación dónde nos dimos nuestro primer beso pero en esta ocasión, estabas abandonandome tal igual como cuando me tomaste y me dijiste que jamás me dejarías ir, mientras tu perfume se impregnaba en mi ropa, recordamos aquel momento con nostalgia y lo irónico que estaba siendo el destino con nosotros (no creo en ello pero por ese segundo, era lo único que podía explicar aquello).
Llegamos "a casa"; sí, llegamos a tal punto en el que sentíamos que mi casa era tu casa y la tuya era la mía. Esta vez, era la que me pertenecía. Quise que estemos adentro un rato más pero te negaste, lo entendí, nos besamos y por mi cabeza pasaban pequeñas escenas que tú y yo vivimos durante esos años que nos amábamos y no nos importaba nada ni nadie más y otros en donde si existían pero lo llegamos a superar. Recuerdo aún lo bien y al mismo tiempo lo miserable que me sentí en ese beso pues en él se fue mi felicidad y mis ganas de seguir intentando ser feliz, en él se fueron mis planes a futuro, mis sueños, el sentido verdadero de lo que llamamos "vida", pues, solo contigo a mi lado lo encontré ya que habíamos hecho muchos planes a futuro, cada uno fríamente calculado, ahora que recuerdo bien, hasta empezamos a ahorrar para comprar cosas para nuestro hogar. Te pedí volver de nuevo y te negaste. Intentaste ser amable conmigo por última vez diciendo que podíamos ser amigos y yo, creyendo que al menos así podía seguir estando a tu lado, lo acepté.
Te fuiste y yo solo cerré la puerta para tras de ella llorar en silencio. Juro que en ese momento hubo algo que en mi se deshizo.
Ha pasado casi un año y veo que eres feliz, y sino, supongo que al menos lo estas intentando. Tienes a la misma chica con la que empezaste a salir pocos días después de dejarme, supongo que ella te da mejores cosas que yo, hasta incluso, cosas que no te pude haber dado. Debes de amarla porque honestamente la única razón para durar tanto con alguien es el amor y eso lo sabemos perfectamente. Creo que tu vida ha tenido más éxito que la mía, pues, después de ti no tuve ninguna intención de conocer a otras personas, solo estudiaba, mucho, me volví algo hermitaña y bueno, entendí que habias sido un chico difícil de encontrar, al menos el tú de ese entonces, porque, después de ti, todos los chicos para mí, han sido unos verdaderos idiotas, mi único éxito fue aceptar que ya no eres mío, que ya no me amas y no tienes ni el más mínimo interés en saber si pienso en ti durante el día o casi nunca, te da igual si he conocido a alguien mejor que tú o no y es la indiferencia la que me duele más que tu desamor, como aquella vez que creí que podía contar contigo tras la muerte de esa persona que fue especial para mí pero, al parecer, no te importó. Preguntaste porqué te buscaba a ti teniendo tantos amigos y bueno, ya sabes lo que respondí. Luego de que me dejes nuevamente en un momento duro para mí, pensé en si tenía verdaderos amigos en quienes confiar y aunque tardé algo en descubrirlo, al fin noté que no tenia tantos como decías pero tenia a unos cuantos, bastaba con contarlos con los dedos de una mano, pero eran ellos los que siempre siempre han estado para mí a lo largo de los años.
No he vuelto a amar a alguien después de ti. Cuando creía que ya no te amaba y estaba empezando a, según yo, enamorarme, noté que los hombres son demasiados astutos para jugar con la mente de una. Creo que entendí lo mal que se siente amar a alguien y justo ese alguien te haga daño sin algún motivo pues lo único que has hecho es enamorarte de esa personalidad. Pienso que mientras más enamorado estés de alguien, las personas se sienten más capaces de poder lastimarte e inconscientemente, disfrutan hacerlo. En fin, todo eso ya no tiene importancia, ya no existen esas ganas de querer amar, solo tengo ganas de sobrevivir el día a día y mi única meta es reencontrar el sentido de vivir, vivir plenamente feliz. Ya no hay razón para apresurar las cosas, cada quien toma su camino y sigue con su "destino". Quiero disfrutar cada cosa buena que me pase y aprender de cada mala porque sino , entonces ¿qué sentido tiene?.
Debo admitir que sigo locamente enamorada, pero no de tu versión actual porque sé que eres otra persona, pero sí del hombre que me conquistó hace 4 años, ese hombre de los que ya no hay y que toda chica se moriría por tener a su lado, ese que aún sin algún titulo o nombramiento, pude amar incondicionalmente llegando al punto de dejar personas (esas que ahora sabemos que no valían la pena) por ti . Eras tan perfecto, debí haberlo valorado aún más, amaba tus besos, tu voz, tu mirada perdida y al mismo tiempo tan centrada en mí, adoraba tu pecho lampiño y burlarme de tu ombligo, de tu frente, amaba quedarnos en la entrada de mi casa hablando de tantas cosas. pero aún después de ello, soy feliz pese a todo, porque aprendí mucho contigo, porque soy la única que conoció esa bonita versión de ti, esa que ya no existe más.
Me acompañaste a ver a mi madre y luego caminamos por esa acera que nos traía sublimes recuerdos.
Te recostaste en mi hombro mientras comentabas lo cansado que estabas de haber estudiado y trabajado el día anterior y ahora aún más, después de lo que habíamos hecho. Nos reímos y nos sentíamos cómodos así.
Tomamos un jugo y mientras estábamos en aquella mesa plateada, te enseñé el anillo de compromiso que me habías dado pues aunque ya no estabamos juntos, yo lo seguía teniendo presente. Grande fue mi sorpresa que a los segundos, tú sacaste el tuyo. Supuse que aún había un compromiso imaginario entre nosotros. Te pedí volver y me dijiste no, que tenia que aprender a valorar más a los que de verdad me quieren, ¿acaso volverías si lo hacia?.
Al finalizar el camino, llegábamos a la estación dónde nos dimos nuestro primer beso pero en esta ocasión, estabas abandonandome tal igual como cuando me tomaste y me dijiste que jamás me dejarías ir, mientras tu perfume se impregnaba en mi ropa, recordamos aquel momento con nostalgia y lo irónico que estaba siendo el destino con nosotros (no creo en ello pero por ese segundo, era lo único que podía explicar aquello).
Llegamos "a casa"; sí, llegamos a tal punto en el que sentíamos que mi casa era tu casa y la tuya era la mía. Esta vez, era la que me pertenecía. Quise que estemos adentro un rato más pero te negaste, lo entendí, nos besamos y por mi cabeza pasaban pequeñas escenas que tú y yo vivimos durante esos años que nos amábamos y no nos importaba nada ni nadie más y otros en donde si existían pero lo llegamos a superar. Recuerdo aún lo bien y al mismo tiempo lo miserable que me sentí en ese beso pues en él se fue mi felicidad y mis ganas de seguir intentando ser feliz, en él se fueron mis planes a futuro, mis sueños, el sentido verdadero de lo que llamamos "vida", pues, solo contigo a mi lado lo encontré ya que habíamos hecho muchos planes a futuro, cada uno fríamente calculado, ahora que recuerdo bien, hasta empezamos a ahorrar para comprar cosas para nuestro hogar. Te pedí volver de nuevo y te negaste. Intentaste ser amable conmigo por última vez diciendo que podíamos ser amigos y yo, creyendo que al menos así podía seguir estando a tu lado, lo acepté.
Te fuiste y yo solo cerré la puerta para tras de ella llorar en silencio. Juro que en ese momento hubo algo que en mi se deshizo.
Ha pasado casi un año y veo que eres feliz, y sino, supongo que al menos lo estas intentando. Tienes a la misma chica con la que empezaste a salir pocos días después de dejarme, supongo que ella te da mejores cosas que yo, hasta incluso, cosas que no te pude haber dado. Debes de amarla porque honestamente la única razón para durar tanto con alguien es el amor y eso lo sabemos perfectamente. Creo que tu vida ha tenido más éxito que la mía, pues, después de ti no tuve ninguna intención de conocer a otras personas, solo estudiaba, mucho, me volví algo hermitaña y bueno, entendí que habias sido un chico difícil de encontrar, al menos el tú de ese entonces, porque, después de ti, todos los chicos para mí, han sido unos verdaderos idiotas, mi único éxito fue aceptar que ya no eres mío, que ya no me amas y no tienes ni el más mínimo interés en saber si pienso en ti durante el día o casi nunca, te da igual si he conocido a alguien mejor que tú o no y es la indiferencia la que me duele más que tu desamor, como aquella vez que creí que podía contar contigo tras la muerte de esa persona que fue especial para mí pero, al parecer, no te importó. Preguntaste porqué te buscaba a ti teniendo tantos amigos y bueno, ya sabes lo que respondí. Luego de que me dejes nuevamente en un momento duro para mí, pensé en si tenía verdaderos amigos en quienes confiar y aunque tardé algo en descubrirlo, al fin noté que no tenia tantos como decías pero tenia a unos cuantos, bastaba con contarlos con los dedos de una mano, pero eran ellos los que siempre siempre han estado para mí a lo largo de los años.
No he vuelto a amar a alguien después de ti. Cuando creía que ya no te amaba y estaba empezando a, según yo, enamorarme, noté que los hombres son demasiados astutos para jugar con la mente de una. Creo que entendí lo mal que se siente amar a alguien y justo ese alguien te haga daño sin algún motivo pues lo único que has hecho es enamorarte de esa personalidad. Pienso que mientras más enamorado estés de alguien, las personas se sienten más capaces de poder lastimarte e inconscientemente, disfrutan hacerlo. En fin, todo eso ya no tiene importancia, ya no existen esas ganas de querer amar, solo tengo ganas de sobrevivir el día a día y mi única meta es reencontrar el sentido de vivir, vivir plenamente feliz. Ya no hay razón para apresurar las cosas, cada quien toma su camino y sigue con su "destino". Quiero disfrutar cada cosa buena que me pase y aprender de cada mala porque sino , entonces ¿qué sentido tiene?.
Debo admitir que sigo locamente enamorada, pero no de tu versión actual porque sé que eres otra persona, pero sí del hombre que me conquistó hace 4 años, ese hombre de los que ya no hay y que toda chica se moriría por tener a su lado, ese que aún sin algún titulo o nombramiento, pude amar incondicionalmente llegando al punto de dejar personas (esas que ahora sabemos que no valían la pena) por ti . Eras tan perfecto, debí haberlo valorado aún más, amaba tus besos, tu voz, tu mirada perdida y al mismo tiempo tan centrada en mí, adoraba tu pecho lampiño y burlarme de tu ombligo, de tu frente, amaba quedarnos en la entrada de mi casa hablando de tantas cosas. pero aún después de ello, soy feliz pese a todo, porque aprendí mucho contigo, porque soy la única que conoció esa bonita versión de ti, esa que ya no existe más.
Comentarios
Publicar un comentario