Parte I
Mientras él presumía por la calle andar con una nalga nueva, ella promete esperarlo hasta el día que él lo quiera, promete para si misma amarlo hasta la muerte.
Él se enteró que aún la tenia comiendo de su mano, que ella daría y haría lo que fuera por él, pero que mente tan maquiavélica la suya, que disfrutaba del dolor ajeno y amaba sentir como tenia a una mujer dándolo todo por él, que más podía pedir, era la gloria.
Pasaron los meses, los años, dos noches y tres días además.
Una mañana despertó y simplemente pensó "¿Qué es esto? ¿Esto es vida?" Y notó que no había hecho mucho por ella y que solo vivía de bellos momentos que ya no existían, que no eran reales. No avanzó ni retrocedió, solo se estancó. Decidió empezar a ver que la pena no era lo único que ella podía sentir. No esperaba enamorarse nunca más, no quería ser parte de la vida de alguien más, quería ser parte de su propia vida y disfrutar de cada momento que vivía. Tomó libros, una pizarra y siguió con su carrera de química. Había pasado un buen tiempo y había olvidado algunas fórmulas pero no le costó mucho reacomodarse a su antigua rutina.
Cambió la cama y pañuelos por el laboratorio y el matraz.
Keil era el estudiante encargado del laboratorio y siempre la veía a ella quedarse hasta altas horas de la noche, parecía que ella no conocía a nadie en esos momentos.
Hola-dijo Keil- falta media hora para cerrar, es mejor que termines mañana. Ella solo escuchó y asintió la cabeza.
¿Te puedo preguntar algo?- Dijo Keil- ella asintió la cabeza nuevamente, ¿en qué estas trabajando?, en un invento que ayudará a muchas personas a salvarse de un gran mal. Keil quedó sorprendido y a la vez admirado. No hizo más preguntas y sólo optó por retirarse.
Pasaron los días y de vez en cuando Keil se acercaba a ella para darle alguna ayuda o simplemente corregirse o admirar su progreso. Keil gustaba pasar tiempo con ella, incluso hasta cerraron el laboratorio y la acompañó a casa. Realmente se habían hecho muy unidos pero ella era algo más callada que él, supongo que con el pasar de los meses se volvió así.
Mc.
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