Cuando las niñas buenas lloran, a uno se le estremece el alma.
Cuando las niñas buenas lloran, uno es capaz de todo por consolarlas.
Cuando las niñas buenas lloran, te sientes el ser más despreciable y aceptarías sin protesta cualquier castigo encomendado por Lucifer por haber lastimado la mejor creación de su señor.
Cuando las niñas malas lloran, no sabes que sentir en el pecho: Un deleite del Karma o como un cruel villano, más villano que ella misma.
Cuando las niñas malas lloran, es incómodo y difícil pues estás percibiendo su lado más débil, ese que no conocías.
Cuando las niñas malas lloran, entiendes que es sensible igual que tú y piensas en todo el dolor que lleva dentro, que está oculto por una maldad justificada pues la niña mala no fue siempre mala, la niña mala fue demasiado buena pero comprendió que, al menos en este mundo, casi siempre ganan los malos, que el corazón es más delicado que el cerebro y como arma personal tenia que usar el más fuerte.
La niña buena te hará feliz, podrás quererla y a veces no, pero ella te seguirá aún queriendo.
La niña mala te hará fuerte, te hundirá en tus límites y lastimará tus puntos débiles, pero te querrá por ser tan fuerte como ella.
Cuando las niñas buenas lloran, uno es capaz de todo por consolarlas.
Cuando las niñas buenas lloran, te sientes el ser más despreciable y aceptarías sin protesta cualquier castigo encomendado por Lucifer por haber lastimado la mejor creación de su señor.
Cuando las niñas malas lloran, no sabes que sentir en el pecho: Un deleite del Karma o como un cruel villano, más villano que ella misma.
Cuando las niñas malas lloran, es incómodo y difícil pues estás percibiendo su lado más débil, ese que no conocías.
Cuando las niñas malas lloran, entiendes que es sensible igual que tú y piensas en todo el dolor que lleva dentro, que está oculto por una maldad justificada pues la niña mala no fue siempre mala, la niña mala fue demasiado buena pero comprendió que, al menos en este mundo, casi siempre ganan los malos, que el corazón es más delicado que el cerebro y como arma personal tenia que usar el más fuerte.
La niña buena te hará feliz, podrás quererla y a veces no, pero ella te seguirá aún queriendo.
La niña mala te hará fuerte, te hundirá en tus límites y lastimará tus puntos débiles, pero te querrá por ser tan fuerte como ella.
Tengo un gran amigo, esto es para ti, Trevor .
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